poeMARTES 019

Si quieres sentir la felicidad de amar, olvídate de tu alma.
El alma arruina el amor.
Sólo en Dios ella puede encontrar satisfacción.
No en otra alma.
Sólo en Dios –o fuera del mundo.
Las almas son incomunicables.
Deja que tu cuerpo se entienda con otro cuerpo.
Porque los cuerpos se entienden pero las almas no.

Arte de amar / Manuel Bandeira
(Brasil, 1886-1968)
http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/brasil/manuel_bandeira.html
http://www.poema-de-amor.com.ar/poemas-de.php?autor=920&no=m
http://sehadetenidounpajaroenelaire.blogspot.com/2005_08_01_archive.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Manuel_Bandeira
http://www.revista.agulha.nom.br/manuelbandeira.html
http://www.tanto.com.br/manuelbandeira-poetica.htm

Contenido

Música de vida – José López
Suspiros – Isabel Miralles
Cuando no puedo besarte al despertar – Antonio Marín Segovia
El testigo del mundo – Lidia Elena Caraballo
Con estos frutos secos por mirarte de noche – José Pómez

Música de vida

De espalda al infinito
la otra mano hace señas
al piano de las almas

Una música de vida
invade la sal
el azúcar y el agua

de la sangre
la savia y la tierra

El aire no es aire
el viento es
música de la otra mano.

© José López Campusano

Suspiros

Mar que en noches silenciosas
llevas a islas desiertas
suspiros de sueños rotos,
gritos callados
en la puerta de la boca.

Murmullos de olas de espuma y sal
surcos en la arena vacíos de huellas
que quedaron desdibujadas
intentando alcanzar las estrellas.

Vano deseo de libertad
perdido como aguja en la arena
como gaviota varada en la playa
tras mil noches sin luna
y mil sueños sin dueño,
errantes como ciego
sin manos que los protejan.

© Isabel Miralles

Cuando no puedo besarte al despertar

Ni la distancia me permite decirte
Un buenos días redondo y fresco
Siento que me falta el aire

Cuando te nombro y el pan no me sabe a tu piel dormida
Mi café se muere de tristeza
Y se cansa de no escuchar tus ojos
Cuando limpio las tazas
Y ordeno la mesa, el lecho, las ropas

Mis manos sin ti no pueden incendiarse
En cualquier palabra
Ni ser la carne desierta y veloz de una noche compartida
Llena de finales y risas.

© Antonio Marín Segovia

El testigo del mundo

Yo es otro
Arthurd Rimbaud

Me profeso un amor sagrado,
vegetal innato: mi naturaleza amatoria.
Deshago mi nacimiento
-muy ligado a la tierra,
como buscando abrigo
en la dureza asexual de las plantas.

¡Ah, la inmovilidad de las pupilas
dilatadas en el placer, estático!
Soy el testigo del mundo,
el rostro de la vida me recibe
y confirma,
esta masturbación eterna.

Alucinan los otros,
he disecado segmentos de mí mismo
que hoy reconozco en ellos.
Esperma y pulso soy,
tintineo y rabia:
náusea de un ángel...

Soy el testigo,
reino,
mi maldición aguarda:
este continuo esperar,
a cada instante,
por mí. [A O. R].

© Lidia Elena Caraballo

Con estos frutos secos por mirarte de noche

Con estos frutos secos por mirarte de noche
quiero contarte padre: un recuerdo añejo
tu mano en mi hombro recuerdo con cariño,
almacenabas Luna en los pies de olivos
juntas todas ramas se prendía el fuego.

Varias veces al día quedo -sin que lo sepas-
mirando esas tejas removidas y rotas
por culpa de la nada sobre la hierba verde
y cuando no te veo por mis ganas de verte
la espera infinita alarga como siempre...

...dolores de mi alma cuando miran tus ojos
recordando olvido en el sitio dulce
donde la encuentro sola como llorando culpas
y a la vez alegre abrazada a su hijo
desvaretando dudas caminando el campo.

© José Pómez

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© mediaIslapoeMARTES 05 de abril 2005.-