Tuesday, May 8, 2007

poeMARTES 015






TE recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.


Poema 6 / Pablo Neruda (Chile, 1904-1973)
http://www.poemas-del-alma.com/pablo-neruda.htm
http://www.los-poetas.com/a/neru1.htm
http://amediavoz.com/neruda.htm
http://www.poesia-castellana.com/neruda.html
http://www.poesia-inter.net/pn24020.htm
http://perso.orange.fr/pablo-neruda/
http://luis.salas.net/indexpn.htm
http://www.neruda.uchile.cl/
http://www.poema-de-amor.com.ar/poemas-de.php?autor=388
http://www.los-poetas.com/a/neru.htm
http://www.polyglot.pitt.edu/web/spanishconv/neruda20.html
http://www.youtube.com/watch?v=7BFaNDesLSw
http://www.cuscatla.com/neruda.htm
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2004/cien_anos_de_neruda/newsid_3887000/3887433.stm

Contenido

Aún estás – Pilar Romano
La Argentina va en coche al muere – Oscar Portela
Mujeres – Lina Zerón

Aun estas

Te reconozco
en cierto olor a palabras mojadas
que pronuncia, tan sólo a veces,
un ángel que trae un puñal entre las alas.
En otros días
tu voz sonaba limpia, con olor a azahares
en noche de naranjos,
pero el tiempo envejeció a las flores
y la luna se disolvió
en realidades magras.
A mi último horizonte
lo marca la luz
que brotó de tu lámpara.
Y por eso aún estás,
en el tiempo en que tu voz
sanó mi herida,
y quedarás allí
cautivo de mi sombra.

© Pilar Romano

La Argentina va en coche al muere


¿ En que túmulo oscuro, tras que infamias,
te han enterrado ya, oh patria mía!

¿Que postillón feroz depostilláo,
con que barquero atroz, como cochero,
te conduce sin honras ,ya indigente,
de un cementerio a otro, contristada?

¿Que indiferentes buitres se alimentan
De tu triste carroña, coronada,
y que gusanos , larvas de tus aguas ,
se posan en tu espectro vacilante?

Que sirvientes hipócritas vestidos
Con hidalgos vestidos te traicionan,
Y en patrañas ahogan tus hazañas?

Que astuta lacra, que descendencia bárbara,
y astuta,
Va en pos de tu pasado a deshonrarte?

Desposado contigo sufro ahora,
el amargo camino que a tus pasos
en aciago destino fue colmado.

¿ No hay oxigeno aquí donde se ahogan
los sueños de tus héroes ahora,
ominoso el destino de ser tuyo, yo te digo,
oh, lar de nobles musas,

que rendido, a tu honras , revelado,
y con verbo inflamado de desprecio
sigo aún los designios que los dioses,
pusieran en los labios de mi madre.

© Oscar Portela


Mujeres

No hemos sido patentadas,
ni traemos al nacer un instructivo,
somos más que hormonas y calores
más que pedazos de un hueso supernumerario,
o la confirmación del racismo en el mundo.

Somos más, mucho más que eso:

Ojos.
Enigmáticos ciclones,
transparentes ventanas,
sexto sentido en sus células vagando,
cuerpo que piensa con el alma,
alma que siente con el cuerpo,
ojos que miran por el corazón,
inteligencia desenfrenada.

Feminidad,
heroínas en un mundo de varones.

Mujer, totalidad.
tormento que se consume en sí misma,
río, sombra,
caminos de fuego sobre agua,
emociones,
amores entretejidos en su alma,
tornasol de sensaciones
cubiertos por piel de mujer.

Obreras,
Secretarias,
Maestras,
Amas de casa

Y al final de cuentas.
Mujeres de todos los días
no sólo un 8 de marzo cualquiera.

© Lina Zerón
_____________________
© mediaIslapoeMARTES 08 de marzo 2005.-

1 comment:

Anonymous said...

RYVER

Un poema

De Oscar Portela


Un río de azuladas mieles.

Un río de quimeras que cantaban.

El río de serpientes y de vientos.

Ya corre por mis venas. Y mi sangre.


Ryver.

Canción de atardeceres índigos.

Belleza angelical

Que un Díos cruel contemplaba

Con corazón de témpano.


Un segundo reinaste.

Fue tuyo el orbe. Tuyo.


Mendigos a tu lado

Serafines. Querubes.


Y el mortal que humillado

Se prodiga en malicia.


¿Y que medida sería justa para medir

El tiempo que estuviste en la tierra?

¿Cual era tu medida?


Ni tus profundos ojos

Arcangelicos.

Ni tu boca por donde se entra

Al mito

Y donde canta el héroe insumiso

La infiel chanson profana.

Nos podrían decir lo que en tu corazón

De niño se gestaba.


El mundo era tu cárcel.


Ryber. Ryber.

Para ser libre como un río

Sangraste en mi costado.

Y te moriste

De un relámpago azul

En tus entrañas.

Eras un niño aún.


El niño impío.


Feroz adolescente que no tolera

De oxidados ecos

Los estériles dátiles.


Eras un sol levante.

Un amor que tropieza

Con su sombra.


La carne virginal

Ungida a tiempo que no corromperá

La cruel incuria del pasado.


Y de la imagen eres Oh belleza

Ensimismada en forma de mortal.

Apolo o Marcias.


Ay Ryber.


La arenisca y el cardo.

Y el mundo como el suburbio apenas

De otros lares.


Saliste a caminar.


Eso era todo.


Y fulminado por el dardo avieso

Que penetro tus carnes y alcanzó el corazón.

El alma inquieta pudo llevarte hasta

El umbral sagrado.


Adiós. Adiós.


Tu pelo cae como el río.

Río dorado.

Tus dedos son abejas del estío.

Tus uñas son de nácar.


Y hay un lamento entre tus finos labios.


Todos somos el tiempo

De algún Ryber.


Una canción vaquera es tu cintura.

De puro nardo.


Eres de la prosapia de los hijos

De Adán que se negaron a estar

- En el exilio de otras eras –

Ajenos a su tiempo y solitarios.


Y todo el cielo cuando lo nombrabas

Bajaba hasta tus ojos.


El poniente doraba tus pupilas.

Y eras reflejo de un poder arcano.


Fuente de agua que al salir de curso

Hace brotar los cantos.


Oh frágil niño.

Gentil adolescente.

Ganímedes resurrecto en la alborada.


Acepta ahora este cantar de gesta

De un conterrado extraño


En tierra extraña.

Oscar Portela

27 de mayo del 2007-05-26
Corrientes – Argentina.