Saturday, April 14, 2007

poeMARTES 005

Si al menos este dolor sirviera
si golpease las paredes
si abriera puertas
si cantase y despeinara mi cabello

si al menos este dolor se viera
si saltase de la garganta como un grito
si cayera por la ventana si estallara
si muriese

si el dolor fuera un pedazo de pan duro
que uno pudiese tragar con fuerza
y escupir después
manchar la calle los autos el otro
ese otro oscuro que pasa indiferente
y que no sufre que tiene derecho a no sufrir

si el dolor fuera sólo la carne del dedo
que se frota en la pared de piedra
para que duela duela duela visiblemente
penosamente
con lágrimas

si al menos este dolor sangrara .

El grito/ Renata Pallottini
(Brasil, 1931)
http://www.avepalavra.kit.net/poesia/poesianet021.htm
http://www.revista.agulha.nom.br/rp.html
http://www.lumiarte.com/luardeoutono/poetescritoras1.html#palottini
http://cseabra.utopia.com.br/poesia/poesias/0334.html
http://www.astormentas.com/din/poemas.asp?autor=Renata+Pallottini
http://zezepina.utopia.com.br/poesia/poesia078.html


Contenido

Canto de amor para un mundo en guerra – Teresa Coraspe
Oficio de penumbra – Alejandro Drewes
Mandarina poética – María Luisa Lázzaro


Canto de amor para un mundo en guerra

Jóvenes de Iraq o de los Estados Unidos
¡Qué bien pudieran estar en algún sitio de la tierra
escuchando un concierto al aire libre,
de Los Beatles, pudiera ser , IMAGINATE! O leyendo poemas rusos
de Evtushenko, Maiakovski, o Boris Pasternak, o poder entrar a
El Jardín de Verano, de Anna Ajmàtova. Esto no tiene importancia
porque se trata del mundo
o en todo caso volver hacia Whitman, el bendito Dios de las costas de
hierba
quien dijo: "Yo soy un Cosmos. y que la tierra se extiende a derecha
e izquierda."
La poesía inglesa que es tan buena
Y no se diga del Romanticismo alemán.
De otra manera, queridos: (yo que tengo el alma en ustedes), pienso
en una partida de ajedrez
en algún paseo, parque o bosque de París (quizás cerca del Sena)
Italia o Grecia, y entre una y otra jugada
leer los clásicos antiguos
poemas de K. Kavafis ( de aquel origen), pero nacido en Alejandría de
Egipto en l863.

Y detenernos en los MARES, de Saint John Perse , para recorrer
las sinuosidades de una Mar que es Mujer y metáfora de amor
que es lo que deberían hacer estos perfiles de hombres
que se ocupan de hacer guerras
en vez de engendrar y parir sus propios hijos
para llevarlos a la muerte para que sepan del dolor
en su propia carne.

Sí, la mar "que es el morir", y llegar hasta la España, de Manrique,
y luego
a nuestro mundo hispano: Latinoamérica.
Conversar MUCHACHOS, de la vida
de la muerte no hay nada que decir
Quiero ir con ustedes a través de lo único que puedo darles: unas
pocas palabras
porque me duele algo por dentro y siento que debo decir algo,
aunque sé que unas palabras no bastan, queridos, pero de todas maneras
aquí están y son de verdad.
Ir con ustedes para decirles de este tiempo inconcluso, infernal,
imposible, que les ha tocado ¿vivir?
Para morir de alguna manera obligados
por unos tiranos sin alma, por unos truhanes y traidores
que se creen dueños del mundo
de verdades falsas de atropellos
lobos amaestrados para los festines de Palacio
y abandonan al hombre
al ser humano
al joven que recién respira el olor del universo
y lo mutilan y lo echan en la fosa lo despedazan
sin una palabra para despedirse
decrépitos viejos desahuciados

bestias apocalípticas
Llévense su carroña su muerte lejos
tírenla en el Mar Muerto
Dejen nacer al joven que ha comenzado a vivir
Permítanle decidir sobre su propio futuro
Y cuando llegue la muerte que no sea impuesta ni decretada
ni por sed de ojos vidriosos con fervor de sangre.


Unos claveles rojos van hacia la mar distantes
Cantan una canción de amor IMAGINE.

© Teresa Coraspe



Oficio de penumbra

Y estas palabras que se alejan, huyendo como barcos en la noche
cuando el corazón ha hecho sus rezos para convocarlas
y apenas encuentra su polvorosa nada. Pensar en ti, como antes
pensara,
como la gravidez de los frutos piensa en las ramas mudas.
Desde el borde circular de los mundos que apenas habito,
huésped en estas desconchadas habitaciones de paso, hoteles de tiempo.

Humo de horas lentas recordando su camino sobre la tierra,
apenas unos cuantos papeles que aguardan, testigos blancos
de insobornable memoria en resguardo de ausencia.
Notas en un libro de días esperando la acogedora sombra del olvido
en viejos cajones donde manos silenciosas clausuran el presente.
Y nuestro oficio a la caída de la tarde, un simple oficio de penumbra.

© Alejandro Drewes



Mandarina poética

¿Por qué la mandarina
en la mira de los poetas?
¿Será por su redondez de pulpa eréctil,
sin huecos casi?
¿Porque se deja abrir, dócil,
con los dedos suaves,
exponiéndose pulpa dulce y ácida;
aroma y sustancia que persiste
en las manos largo rato?

Mis hijos, trabajan sin cansancio,
van desocupando gavetas
y tirando mis pensamientos
por la ventana.

© María Luisa Lázzaro
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© mediaIslapoeMARTES 28 de diciembre 2004.

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