Tuesday, April 29, 2008

poeMARTES 056




Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.

Sergio Borao Llop Arena
Alfredo Lemon La prueba
José Alejandro Peña Armatoste
Elsa Tió Óyeme noche
Julio Pino Miyar Platonismo
Mari Cruz Agüera Fundido en negro

Arena

¿Quiénes seremos cuando el ruido cese
y los cuadernos, ya cerrados, duerman?

¿Qué voz nos llamará por nuestros nombres?

Tan sólo nuestras huellas en la arena
quedarán, si el mar no las engulle.

¿Persistiremos lluvia, trino, rumoroso río?
¿Tal vez ensoñación de una palabra
prendida entre las crines del recuerdo?
¿Ceniza entonces, rescoldo de nostalgias?

Signos apenas en la arena leve.
O quizá sólo arena...

© Sergio Borao Llop

La prueba

Un ángel melancólico consuela a quien sufre de amor.

Sólo existe una mujer en el mundo
pero no está contigo.

© Alfredo Lemon

Armatoste

Los poetas de mi generación sueñan ser Borges.
Duermen como Borges y se despiertan como Borges.
No se cansan de repetir ciertas frases en público
como si una carencia afectiva tuviera algo que ver
con la poesía.

Dicen Whitman para negar a Del Cabral.
Dicen Borges para negarse a sí mismos.

Son —a lo sumo— chabacanos y ceremoniosos:
hablan tanto de Dios como si él fuera
un animal de lujo
de esos cuyas transparencias
los dilatara en el tiempo
y no precisamente un armatoste de la
superstición y del delirio.

Andan siempre en bandadas como los murciélagos
como los monos de un pequeño zoológico olvidado.

© José Alejandro Peña

Óyeme noche

¿Dónde están tus estrellas?
Esta ciudad de luces secuestra los espacios
oculta las constelaciones entre los rascacielos
y se pierde una pista del mundo en nuestra alma.
Sentimos a la nada apostándole al vacío
nos nace entre los ruidos un desgano de vida,
quedamos extraviados al mirar hacía arriba
sin poder encontrar la mirada en los astros.

Sólo quedan pedacitos de cielo,
espacios prisioneros que derriban luceros,
hay que indultar los cielos
y devolverlo libre a las miradas.
Debe ser un delito tapiar el firmamento.

Óyeme luna
como volver a encontrar tus pasos a distancia
sino podemos seguir tu ruta en las alturas.
estoy desorientada de acumular olvidos
La brújula no sirve sin estrellas.

Óyeme muerte
donde están tus entrañas
espero sea cierto nos acerques al cielo.
Y pido a Dios que pronto
pida cuenta a los hombres
que contaminan de pena a las estrellas
con luces que oscurecen infinitos,
y derivan sin piedad la paz de troncos,
montes, ternuras y esperanzas
que no los dejes comenzar de nuevo.

© Elsa Tió

Platonismo

Veo los puentes. Trasparencias
Así están ellos dibujados en la atmósfera
serenos, nítidos, semejantes
suspendidos y silentes sobre el éter de la memoria
Trasparentes, azules
colgados en la cruz de esos canales

Debajo por los arcos ronda el agua clara
pero no se ven por el momento pescadores en la orilla
sólo nubes que despliegan a lo lejos el algodón de sus metáforas
y van formando lentamente hacia lo alto otros canales
y otros puentes más azules
todavía más hermosos.

(...)

Riela la luna su infortunio
prados del alma tiene mi calma
Ergástula para tu angustia
llora en silencio mi duermevela
Canta en el canto el mar que amo
todo se pierde
todo se va
sólo la soledad se queda.
[Al pintor, Claude Monet]

© Julio Pino Miyar

Fundido en negro

Estaba todo claro en nuestro llanto,
tu idilio con el mar, mi sol oscuro,
la sombra del futuro yendo a solas
a beber de los charcos de la vida que fuimos.
Cuánta espuma de mí, vuelta fracaso,
volcaba un ultimísimo te quiero
sobre el acantilado de las horas.
Cuánto jirón de tiempo, consumido en desdicha,
se me vino a los años.
Porque tú estabas lleno de verdades
afiladas y exactas,
y amargamente supe que hay derrotas
anunciadas como un día siguiente,
y que el dolor es más que un apellido
cuando revienta el pecho,
y que el amor no crece con palabras
aunque inventen poemas.
Y que nada le importa a los caminos
que los llenen de muertos.

© Mari Cruz Agüera
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MediaIslapoeMARTES 056 29 de abril 2008.-

1 comment:

ángel said...

Me quedo con ese espléndido poema de Juan Gelman, y aprecio que muestres a los demás poetas a quienes leo por vez primera.


Saludos...